La rana, juego destacado en agosto

Era un juego presente en los bares o en las fiestas en el que los adultos apostaban el porrón de sidra o cualquier otra consumición. También se dejaba participar a los niños y niñas en el mismo.

Consiste en lanzar unos discos que, al penetrar en el cajón por diferentes vías, la más importante la boca de la rana, otorgan al jugador una puntuación.

El dólar, juego del mes de julio

Es un juego colectivo de pruebas, tanto  de correr, como de estar sentado, etc. Hay tres figuras: la madre, que es la que manda, los hijos, que obedecen a la madre y por último el burro, que es el que se la queda en todas las pruebas.

En primer lugar, se salta al burro, en orden: madre, hijo primero, hijo segundo, etc. Cuando saltan dicen dólar. Después se hacen varios juegos, según el capricho de la madre,  en los que el burro tiene que capturar a alguien para pasar a ser hijo:

  • Chorizos amarrados: Todos se colocan en un sitio agarrados y el burro tiene que conseguir despegar la fila. Quien rompa, se la queda.
  • Callejon de las estatuas: Los hijos se colocan en dos filas mirándose y el burro debe atravesar el pasillo. Los demás deben tocarle sin que le vea. Si le pilla, se la queda.
  • Alturitas: Es un pesque pero la casa es un lugar en altura.
  • Hacer reir: Se colocan todos en fila y el burro debe hacer reír a alguien.

El mis, juego destacado en junio

Para este juego de puntería y competición tan sólo se necesitaban unas nueces.

En primer lugar,  se marcaban  en el suelo tres rayas paralelas entre sí y a una distancia de una mano. En la primera raya, cada jugador colocaba dos nueces, mientras que en  la segunda raya, en el centro,  se colocaba  una nuez pequeña o  “mis”. Detrás de la tercera raya  se sienta un niño que se ocupa de recoger las nueces  que lanzaban sus compañeros.

Para comenzar a jugar, los jugadores tiraban dos veces las nueces grandes o rincones desde un punto acordado,  para intentar dar a todas las nueces de las rayas y sobre todo al mis.

Los jugadores solamente las nueces que al golpearlas se pasaban de la segunda raya o bien todas ellas si  golpeaban directamente al mis y éste se pasaba de la tercera raya.

 

En mayo, a saltar el palo

El juego destacado del mes de mayo se llama saltar el palo, un juego muy sencillo de competición, en el que pueden participar varios jugadores.

Como material, tan sólo se necesitan dos palos más o menos rectos, que se colocan en el suelo paralelos entre sí, Entonces, desde una distancia acordada, los chavales cogen carrerilla y  saltan los dos palos. Si ninguno ha pisado los palos, todos los jugadores pasan a la siguiente ronda, pero si alguno pisa uno de los palos, es eliminado en este momento.  Así, una vez que hayan saltado todos los jugadores y se haya eliminado a aquel que pisara uno de los dos palos,  la distancia entre los palos aumenta y vuelven a saltar todos y así sucesivamente hasta que  se proclame un ganador. El último en saltar corre el palo en la medida que le parece.

Juego de abril: La herradura

La herradura es un juego tradicional en una época en la que en todos los pueblos había cuadras, caballos y por supuesto, herraduras.

Sobre una zona llana, se clavaba en el centro una barra de madera en el centro, sobre la que había que introducir las herraduras y se trazaba un círculo alredor del mismo.

las herraduras  se lanzarban abiertas o cerradas, según el modo de cogerlas con la mano y para ello cada participante tiraba hasta 5 herraduras.

Ganaba quién más puntuación obtuviese. Si la herradura se metía en la varilla, valía 5 puntos y si tocaba la línea, se conseguía 3 puntos. En caso de que la herradura quedara fuera del círculo, no te daban ningún punto.

 

El bote: Juego destacado de marzo

Este juego de correr tenía como material principal una botella vacía de agua o refresco de plástico. Es una especie de escondite pero con un bote.

Se la queda una persona, mientras otro se encarga de chutar el bote. Mientras que el se la queda va a buscar el bote y lo coloca en su lugar, el resto de chavales se esconde.  Cuando el que se la queda o pillador acaba de contar, busca a los  jugadores escondidos, de manera que cuando les descubra, les nombra en alto junto al bote, diciendo «Bote por Antonio» o «Bote por Eva». Entonces, el jugador descubierto se colocaba junto al bote mientras el que se la queda iba a  descubrir a más gente.

La gracia del juego era que un escondido se podía acercar al bote, chutarle y gritar «Bote», librando así a los pillados y escondiéndose acto seguido.

Juego de febrero: Las chapas

Uno de los juegos más emocionantes eran las chapas. Se conseguían yendo al bar y pidiendo que te guardaran las chapas de los refrescos, cervezas y otras bebidas.

Para este juego, se pintaba en el suelo de la calle un recorrido en tiza con un principio y un final. El recorrido podían constar de todo tipo de obstáculos: curvas cerradas, subidas y bajadas (naturales o artificiales).

Para evitar que las chapas salieran despedidas con la fuerza del jugador, se las solía poner una baldosa pequeña de las de los baños, que amortiguara las tiradas fuertes. Incluso salieron pegatinas que se podían adaptar a las chapas donde pegabas a tu ciclista favorito.

El primero que consiguiera hacer el recorrido era el ganador de  las chapas, que se convertían en auténticas carreras ciclistas del «Tour» o el «Giro».

Juego del mes de enero: El triángulo

El triángulo era un juguete de madera con ruedas que toma su nombre de la forma que tenía. Básicamente constaba de dos palos horizontales metidos hacia dentro y otros dos tablas de manera verticales. Se colocaban normalmente tres ruedas, una delante y dos detrás a cada lado, que procedían de  rodamientos de frigoríficos, lavadoras y otros electrodomésticos.  La rueda de delante servía de volante y también para colocar los pies.

Los modelos caseros  más trabajados solían incorporar un freno de madera que se accionaba cuando se bajaban las cuestas.

Se hacían con ellos competiciones para bajar cuestas y, como os podéis imaginar, se podían conseguir algún golpe con la velocidad que alcanzaban.

Juego del mes de diciembre: El carcayo

El carcayo es el nombre que recibe en Camargo el juego de la pita o la rayuela. Consiste en una serie de cuadrados pintados y ordenador de uno a diez. Cada jugador debe tirar  una piedra a la casilla nº 1, que cuele dentro,  y completar el resto del recorrido sin picar, esto es, sin tocar las líneas.

A partir de la casilla número siete se utilizaban las orejas derecha e izquierda, que estaban a ambos lados de la casilla nº 1.

Una vez completado el juego hasta el número 10, se empezaba a jugar desde este número. Primero se tiraba de espaldas, y si caía en una casilla, se convertía en la casilla del participante. De esta manera, el resto de jugadores la debía sortear y no pueden pisarla.

Finalmente, gana quien más casilla consiga y logre que el resto de jugadores no puedan pasar por las casillas.