El carcayo es el nombre que recibe en Camargo el juego de la pita o la rayuela. Consiste en una serie de cuadrados pintados y ordenador de uno a diez. Cada jugador debe tirar una piedra a la casilla nº 1, que cuele dentro, y completar el resto del recorrido sin picar, esto es, sin tocar las líneas.
A partir de la casilla número siete se utilizaban las orejas derecha e izquierda, que estaban a ambos lados de la casilla nº 1.
Una vez completado el juego hasta el número 10, se empezaba a jugar desde este número. Primero se tiraba de espaldas, y si caía en una casilla, se convertía en la casilla del participante. De esta manera, el resto de jugadores la debía sortear y no pueden pisarla.
Finalmente, gana quien más casilla consiga y logre que el resto de jugadores no puedan pasar por las casillas.